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29 de septiembre de 2009

Movimientos de vanguardia

La nueva poesía hispanoamericana- El vanguardismo- El cubismo-El futurismo-El dadaísmo-El creacionismo-El superrealismo-El expresionismo-El ultraísmo

La desesperanza señala los nuevos rumbos de la poesía hispanoamericana. La evasión de los románticos o la exquisitez formal de los modernistas ya no le alcanzan. Ahora busca expresar lo irracional ante la inmensa realidad que deja su huella en el hombre.
En coincidencia con la Primera Guerra Mundial, va desapareciendo el Modernismo como movimiento literario. Nace, entonces, el Postmodernismo, entre la estética rubendariana y los movimientos de vanguardia surgidos a partir de 1920. Sus caracte­rísticas son: rechazo de los refinamientos formales, de lo superficial y lujoso, de los símbolos modernistas, como, por ejemplo, el cisne o el arte por el arte.
La generación postmodernista es tam­bién prevanguardista, sobre todo, con Fernández Moreno (Las iniciales del mi­sal-1915) y con Ricardo Güiraldes (El cencerro de cristal-1915). El vanguardism­o comienza, en realidad, en 1909, cuando Leopoldo Lugones regresa de París y publica su Lunario sentimental, que lo convierte en primer precursor de a poesía argentina de vanguardia. Sus libros posteriores abandonan esta tendencia y vuelven a adoptar caracteres modernistas o clásicos.
Sus cultores anhelan expresar la subjetividad en conjunción con el mundo real en que viven (retorno al paisaje y a las cosas) y ante el que sienten desesperanza; quie­ren comprender los aspectos irracionales del hombre. Su mensaje se distingue por la sencillez y por la brevedad.
Dice Octavio Corvalán : La incoherencia es la esencia de la poesía, porque la frase, el verso, la ima­gen incoherentes, surgen de una parte oscura de nuestra mente y los postmoder­nistas creen que lo inconsciente es lo más puro de nuestro ser y que de allí sale lo más sincero, lo más auténtico.
Los autores más representativos del Postmodernismo son: Enrique González Martí­nez (mejicano, 1871-1952), Evaristo Carriego (argentino, 1883-1912), Baldomero Fernández Moreno (argentino, 1886-1950), Enrique Banchs (argentino, 1888-1968), Ramón López Velarde (mejicano, 1888-1921), Delmira Agustini (uruguaya, 1886-1914), Gabrie­la Mistral (chilena, 1889-1957), Alfonsina Stomi (argentina, 1892-1938), Juana de Ibar­bourou (uruguaya, 1895-1979).
El vanguardismo
El vanguardismo surge en torno de la Primera Guerra Mundial (1914). Ésta, junto a otros movimientos socio-políticos, influye profundamente en la economía de los países hispanoamericanos y, por ende, en el pensamiento y en las letras.
El hombre pierde seguridad; se desorienta en el orden espiritual y moral, en el orden estético e ideológico. Se produce una crisis de fe en las instituciones sociales y en los valores tradicionales. Entonces, el objetivo es dar solución a esos problemas.
Los múltiples intentos de resurgimiento originan los llamados movimientos de van­guardia, que tratan de renovar, desde cada una de sus perspectivas, el lenguaje poé­tico y de defender las nuevas orientaciones conforme al progreso de la ciencia y de la técnica.

El cubismo
En 1908, el pintor francés Georges Braque (1882-1963) expone su cuadro "Les mai­sons a l'Estaque" , "cuyos tejados fundidos con árboles en perspectiva pianista dan la sensación de cubos". Henri Matisse (1869-1954) ­califica de "caprichos cúbicos" y así da nombre al movimiento. A partir de entonces el cubismo es el arte de "descomponer y recomponer la realidad". Cubistas son, entonces, los pintores y poetas que comparten la visión y el modo de expresar el mundo conforme es captado por el espíritu.
La poesía huye del discurso, del metro regular y de la puntuación. La obra debe ser -a juicio de los cubistas- transformación de la naturaleza.
Son características del cubismo literario:
· el rechazo del realismo (crear, no copiar);
· el fragmentarismo, la yuxtaposición de imágenes;
· la libertad de contenido;
· el poema considerado como una sucesión de estados de ánimo;
· el humor (tono festivo que se acerca al lector);
· la ausencia de signos de puntuación;
· el uso de distintos cuerpos de letra;
· la frecuente aparición de los poemas con formas de objetos;
· el habla coloquial;
· la tendencia al realismo mágico.
·
El futurismo
El futurismo nace en Italia, en 1909, con Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944). Este movimiento pretende ir más allá de su tiempo. Su Primer Manifiesto es en Le Fígaro de París, el 22 de febrero de 1909:
1. Queremos cantar el amor al peligro, el hábito de la energía y la temeridad.
2. Los elementos esenciales de nuestra poesía serán el valor, la audacia y la religión.
3. Puesto que la literatura ha glorificado hasta hoy la inmovilidad pensativa, el éxtasis y el sueño, nosotros pretendemos exaltar el movimiento agresivo, el insomnio febril , ­el paso gimnástico, el salto peligroso, el puñetazo y la bofetada.
4. No tenemos inconveniente en declarar que el esplendor del mundo se ha enriquecido con una nueva belleza: la belleza de la velocidad.
Los futuristas ponderan, pues, el triunfo de la dinámica y del maquinismo. Sus grandes temas son las estaciones, las fábricas, los puentes, los trenes, los aviones, el telégrafo, las multitudes agitadas por el trabajo. Tratan de alejarse de la tradición, ansían la llegada de algo distinto. Quieren introducir cambios en la sociedad y en la cultura, y crear una especie de superhombre -"hombre fuerte"- que supere al individuo común de ese tiempo.
Respecto de las reformas literarias, interesa el Manifiesto técnico de la literatura futurista (Milán, 11 de mayo de 1912):
l. Es menester destruir la sintaxis disponiendo los sustantivos al azar, tal como nacen.
2. Los verbos deben usarse en infinitivo.
3. Se debe abolir el adjetivo.
4. Se debe abolir el adverbio.
5. Cada sustantivo ha de tener su doble (debe preceder sin conjunción al sustantivo el que está ligado por analogía): hombre-torpedero, mujer-golfo, plaza-embudo.
6. Abolir la puntuación (se emplearán signos matemáticos: + > < - x =, y los signos auxiliares).
7. Suprimir los nexos comparativos.
8. Suprimir las metáforas "descoloridas".
9. Destruir en la literatura el "yo", o sea, toda la psicología.
10. Introducir en la literatura el ruido, el peso y el olor de los objetos.

Los futuristas anhelan sumergirse íntegramente en la materia y dejan a un lado lo espiritual. Dice André Gide en Dadá es el diluvio después del cual todo recomienza :Las innovaciones más destacadas son las tipográficas. Los futuristas no aceptan la armonía de la página. Se proponen usar cuatro o cinco tintas de colores diferentes y veinte caracteres distintos. Por ejemplo: cursivas (sensaciones análogas y rápidas); negritas (onomatopeyas vio­lentas). Buscan, pues, la visión pictórica de la página. De ahí que suelan disponer los versos en forma vertical, oblicua o circular.

El dadaísmo
El dadaísmo surge en Zurich, en 1916. Según el escritor rumano Tristán Tzara ­(1896-1963), uno de sus inspiradores, Dadá no significa nada, es una "intensa fórmula de vivir". Aspira a convertirse en un anti-arte, en una anti-Iiteratura. "Encontré el nombre por casualidad -dice Tzara-, insertando una plegadera en un tomo cerrado del Petit Larousse, y leyendo luego, al abrirse, la primera línea que me saltó a la vista: DADÁ."
El movimiento nace de un deseo de independencia; no reconoce otras teorías. Co­mienza a adquirir un carácter propio con la publicación de Dadá, compilación de arte y de literatura, en julio de 1917.
Los dadás se burlan del arte. Por ejemplo, ofrecen una fórmula para componer un poema:
Tome un periódico. Tome unas tijeras.
Elija en ese periódico un artículo que tenga la extensión que usted quiera dar a su poema. Corte el artículo. Corte en seguida con cuidado cada una de las palabras que constituyen ese artículo y póngalas en una bolsa. Agite suavemente.
Extraiga luego cada trozo uno tras otro en el orden en que salen de la bolsa. Copie concienzudamente. El poema será la viva imagen de usted y usted será 'un escritor infinitamente original y de exquisita sensibilidad aunque el vulgo no lo comprenda'.
Las características de esta "estética de hastiados" son la caricatura, el tono burlesco, un nihilismo exacerbado' y la exaltación de un arte efímero.

El creacionismo
Después de realizar publicaciones en su patria y en la Argentina, el poeta chileno Vicente Huidobro (1893-1948) viaja a París a fines de 1916. Allí se relaciona, sobre todo, con los cubistas y con los dadaístas. En 1918 frecuenta en Madrid a los ultraístas, entre ellos, a Ramón Gómez de la Serna, Rafael Cansinos-Asséns, Jorge Luis Borges, Guillermo de Torre, Gerardo Diego y Juan Larrea. Da a conocer, entonces, el creacio­nismo, una concepción personal en la que influyen elementos de otras corrientes lite­rarias. Huidobro considera que el poeta es una especie de dios que da origen al mundo, y que el arte debe unir lo que sucede en él y en la intimidad del creador para dar a luz algo nuevo, una realidad propia: "El poeta os tiende la mano para conduciros más allá del último horizonte, más arriba de la punta de la pirámide, en ese campo que se extiende más allá de la vida y de la muerte, más allá del espacio y del tiempo, más, allá de la razón y de la fantasía, más allá del espíritu y de la materia".
Corrobora esta postura el poema Altazor -alto azor- (1931), de Vicente Huidobro, constituido por un prefacio y siete cantos. Con él prueba su autor que la belleza reside en crear una palabra insólita o en repetir determinado sonido:
Al horitaña de la montazonte
La violondrina y el goloncelo

Descolgada esta mañana de la lunala
Se acerca a todo galope
Ya viene viene la golondrina

Ya viene viene la golonfina
Ya viene la golontrina
Ya viene la goloncima
Viene la golonchina
Viene la golonclima
Ya viene la golonrima
Ya viene la golonrisa
La golonniña
La golongira
La golonlira
La golonbrisa
La golonchilla


Las características del creacionismo son:
· desorden temporal;
· pérdida de la estabilidad del espacio;
· confusión de lo real y lo irreal, lo subjetivo y lo objetivo;
· gran valor de la imagen y de la metáfora;
· desarticulación sintáctica;
· creación de palabras, verdaderas protagonistas del poema;
· asociación de sílabas;
· uso del verso libre.

Huidobro no acude a la escritura automática ni a la total irracionalidad. Su poema "Arte poética", del libro El espejo de agua (1916), resume su teoría:
Que el verso sea como una llave que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando; cuanto miren los ojos creado sea,
y el alma del oyente quede temblando. Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra; el adjetivo, cuando no da vida, mata.
Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas! Hacedla florecer en el poema;
sólo para nosotros
viven todas las cosas bajo el Sol.
El poeta es un pequeño dios.


El superrealismo
Según Tristán Tzara, el superrealismo nace de "las cenizas de Dadá". André Breton (1896-1966) da a conocer el superrealismo desde las páginas de la revista Uttéra­ture. Este movimiento propone una nueva técnica, la escritura automática, y centra su interés en el mundo de los sueños.
El nombre Superrealismo surge del poeta francés Guillaume Apollinaire (1880­-1918), quien denomina "drama superrealista" a una de sus obras. Breton reconoce este· antecedente y lo adopta. En 1924 publica el Primer Manifiesto, en el que se definen sus rasgos esenciales:
· se rebela contra "el reinado de la lógica", contra "el racionalismo absoluto";
· elogia los descubrimientos de Freud ;
· anhela que la imaginación recobre sus derechos;
· abre "las vías de expresión a los sueños", porque sólo éstos conceden al hombre "sus derechos a la libertad";
· libera el subconsciente;
· afirma la existencia de una realidad absoluta o superrealidad (fusión del sueño con la realidad);
· se despreocupa por las normas y por las convenciones estéticas
Dice André Breton: "Escribid rápidamente, sin tema preconcebido, bastante de prisa para no olvidar y no sentir la tentación de releeros. La frase vendrá por sí sola, pues es verdad que, en cada segundo, hay una frase extraña a nuestro pensamiento consciente que sólo pide exteriorizarse".
El movimiento se renueva entre 1925 y 1935, época en que se multiplican los mani­fiestos y las publicaciones, y desaparece durante la Segunda Guerra Mundial.

El expresionismo
Nace en Alemania en los años inmediatamente anteriores a la Primera Guerra Mun­dial, pero su influencia se extiende a otros países.
Como los otros "ismos" de vanguardia, el expresionismo surge en pugna con su medio. Emplea elementos del mundo interior; el yo del poeta construye una nueva realidad. Intenta comunicar la verdad del alma a través de imágenes ricas y originales, como, por ejemplo: "Chillan las balas, / pájaros astrales / de una fauna metálica sin sangre".
La poesía expresionista tiene gran contenido ideológico y social. Jorge Luis Borges la define como "la tentativa de [ ... ] superar la realidad ambiente y elevar sobre su ma­deja sensorial y emotiva una ultrarrealidad espiritual".

El ultraísmo
Ultraísmo es una palabra que Guillermo de Torre esparce "a voleo" en sus escritos de adolescente. Cansinos-Asséns repara en ella, le da relieve y titula Ultra un breve manifiesto escrito por él: "Nuestro lema será ultra, y en nuestro credo cabrán todas las tendencias sin distinción".
El movimiento ultraísta surge en España, alrededor de 1918, como reacción contra el Modernismo de Rubén Darío, como consecuencia del irracionalismo y del individua­lismo que caracterizan la lírica contemporánea, y por la influencia de otros movimientos literarios de vanguardia. Los jóvenes ultraístas quieren "poner su reloj con el de Eu­ropa": " ... proclamamos la necesidad de un ultraísmo, de un más allá juvenil y Iibera­dor"·.
Ultra significa 'más allá'. Los escritores intentan inventar un mundo que esté más allá del real y, al mismo tiempo, avanzar hacia el futuro.
Ramón Gómez de la Serna (1891-1963) es un verdadero precursor del movimiento. Siempre preocupado por lo nuevo, se relaciona con el futurismo italiano cuando en España reina el Modernismo. A través de sus greguerías quiere "fumigar la naturaleza con imágenes nuevas". La greguería aparece en todos sus escritos. Su fórmula es:
"Humorismo más metáfora igual a greguería". Ésta consiste en la relación humorística entre dos rasgos insólitos de la realidad: La golondrina parece una flecha que busca un corazón ... ¡Flecha mística! No muerde el ladrido de los perros.
Las características del ultraísmo son las siguientes:
· la poesía es síntesis, fusión "en uno de varios estados anímicos";
· quiebra la continuidad del discurso lógico;
· traslada a la naturaleza los atributos del hombre;
· sobrevalora la imagen y la metáfora;
· suprime la rima (verso libre);
· elimina los nexos sintácticos;
·ignora los signos de puntuación; .
· prefiere el sistema tipográfico de blancos y de espacIos;
· recurre al sustantivo abstracto;
· evita los adjetivos inútiles;
· suprime lo narrativo.
Un poema de Jorge Luis Borges las corrobora:
He pulsado el violín de un horizonte //El viento esculpe el oleaje //la neblina sosiega los ponientes//la noche rueda como un pájaro herido//En mis manos//el mar//viene a apagarse//la media luna se ha enrosacdo a un mástil.
Dice Carlos Mastronardi :En nuestro medio, el ultraísmo descarta las creaciones del ingenio técnico; prefiere mostramos ocasos, anhelos, soledades y pa­siones. Asimismo, presenta bosques, arrabales, campos y ríos cuando se propone esta­blecer correspondencias entre la naturaleza y las cambiantes formas de nuestro destino.


Fuente: AA:VV
Las letras en la América Hispana
Editorial Estrada.
Buenos Aires, 1994

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