El Siglo de Oro español: La Época Áurea
Los Reyes Católicos propician el advenimiento de un período de esplendor
que enriquece los caminos espirituales de España. La aspiración de Fernando de
extender su influencia por toda Europa culmina con la llegada al trono de su
nieto Carlos I. Con él se consolida la hegemonía de la Península.
Comienza, entonces, una nueva etapa para las letras españolas, que se conoce
con el nombre de "Siglo de Oro", pues se considera que su momento más
fecundo comprende los últimos cincuenta años del siglo XVI y los primeros
cincuenta del XVII. Respecto de esta denominación hay diversas posturas:
algunos lo sitúan entre 1500 y 1680; otros, entre 1550 y 1650.
La crítica actual prefiere llamar "Época Áurea" a los dos
siglos casi completos: desde el advenimiento de Carlos I (1516) hasta la
muerte de Calderón (1681); por lo tanto, juzga impropia la vieja expresión.
La "Época Áurea" puede dividirse en dos ciclos:
- el de plenitud renacentista, que abarca los reinados de Carlos I (Primer Renacimiento) y de Felipe II (Segundo Renacimiento) y se caracteriza por su clasicismo grecorromano; más universal, sin dejar de ser español, recibe la influencia de Italia y sigue la línea paganizante que cunde por toda Europa;
- el de decadencia, después del reinado de Felipe IV; representa el Barroco, cuyo nacimiento coincide con la declinación política y el estancamiento de la sociedad española.
Primer Renacimiento: la España imperial de Carlos I
Las bodas de España con Europa
Con Carlos I de España y V de Alemania se establece en la Península la
Casa de Austria, es decir, la dinastía de Habsburgo o de Habsburgo-Lorena, que
recibe este nombre, porque sus primitivos condes se radicaron en Habsburgo del
Aare. Esta Casa da a España cuatro reyes más: Felipe II, Felipe III, Felipe IV
y Carlos II. Todos ellos reinan entre los siglos XVI y XVII.
El poderío de los Habsburgo se acrecentó mediante tratados y matrimonios,
de ahí que se dijera: “Que otros hagan las guerras/tú, Austria feliz, cásate.
Carlos I supedita toda su política a la defensa del catolicismo. "En
la decisión del emperador —dice Ángel del Río— se conjugaban la voluntad
imperial de origen germánico y el espíritu de cruzada o guerra santa,
engendrado en España durante las luchas contra los moros y heredado de sus
abuelos españoles". De ahí su decidida actuación contra los protestantes
(1521-1555), quienes alteran las ideas morales y políticas de su reino.
No se ponía el Sol en la España del siglo XVI
Durante el reinado de Carlos I se realizan conquistas y exploraciones que
despiertan verdadera admiración. Por este motivo se dice que este monarca forma
el Imperio español allende los mares.
Las naves hispanas dan por vez primera la vuelta al mundo y se conquistan
dos grandes imperios: México y Perú. A estos hechos podemos agregar otros:
- Hernán Cortés anexiona las regiones de Guatemala y de Honduras, después de la conquista de México (1519-1521),
- Fernando de Magallanes llega a las islas de las Especias (Indias Orientales) por la ruta marítima del Oeste. Su expedición, que completó Elcano en 1522, constituye el primer viaje de circunnavegación. Con él se prueba la esfericidad de la tierra, se conocen nuevos datos acerca de los países no descubiertos y se trazan rutas marítimas que luego siguen otros navegantes.
- La fundación de Lima (1535).
- El Adelantado Pedro de Mendoza lleva a cabo la primera población de la ciudad de Nuestra Señora del Buen Aire (1536).
Segundo Renacimiento: la España católica de Felipe II
España al servicio de Dios
Felipe II, el "rey prudente", no obtiene el título de Emperador
como su padre, pero gobierna un verdadero imperio constituido por tierras
europeas, africanas, americanas, oceánicas y asiáticas.
Lucha contra el protestantismo y el Islam, para defender la causa del
catolicismo, y logra la tan ansiada unidad ibérica con la anexión de Portugal
y de su imperio colonial a la corona española.
Su época se caracteriza por el ansia de expansión colonial, nutrida por
el espíritu de aventura, y por el anhelo de implantar en las tierras del Nuevo
Mundo la civilización europea:
- Juan de Garay funda Buenos Aires (1580) y la ciudad de Santa Fe (1573).
- Pedro de Ursúa y Lope de Aguirre se lanzan a la búsqueda de El Dorado.
- Pedro Menéndez de Aviles funda en La Florida la villa de San Agustín, la más antigua de los Estados Unidos de América.
- Son descubiertas en el océano Pacífico las islas Filipinas, a las que dan este nombre en homenaje a Felipe II.
El Renacimiento español
El Renacimiento en España no implica una ruptura con la tradición
medieval como ocurre en otros países, porque:
- la Edad Media no pierde contacto con las letras clásicas;
- no se produce una crisis en el seno de las creencias religiosas.
Por eso, dice Dámaso Alonso que "lo esencialmente español, lo
diferencialmente español en literatura es esto: que nuestro Renacimiento y
nuestro Postrenacimiento barroco son una conjunción de lo medieval hispánico y
de lo renacentista y barroco europeo. España no se vuelve de espaldas a lo
medieval al llegar el siglo XVI (como lo hace Francia), sino que, sin cerrarse
a los influjos del momento, continúa la tradición de la Edad Media. Ésta es la
gran originalidad de España y de la literatura española, su gran secreto y la
clave de su fuerza y de su desasosiego íntimo. Hay como una veta de literatura
medieval (romancero y cancionero popular, etc.) que entra en el siglo XVI, y
llega hasta nuestros días".
Se caracteriza por la:
- fusión de la tradición medieval con los nuevos aportes europeos,
- valoración que hace España de su pasado;
- cristianización de la antigüedad;
- coexistencia de lo popular, local e hispánico con la cultura universal, recibida de la herencia clásica;
- unidad político-religiosa;
- armonización de tendencias contrapuestas (tradición religiosa más humanismo pagano);
- fusión de idealismo y realismo;
- nacionalización de temas extranjeros;
- finalidad ética y didáctica.
La cultura renacentista española
Sus valores artísticos, éticos y literarios
Los valores de la cultura renacentista se hallan en:
Política. Se produce un fortalecimiento del poder real. Surge la
preocupación por el Estado.
Filosofía. Comienza la crítica de la Escolástica medieval. Juan Luis
Vives (1492-1540) es el representante más destacado del humanismo antiescolástico;
católico ortodoxo, fiel a lo más sustantivo del mundo medieval, pero lleno del
nuevo espíritu. Su tratado De anima et vita (Sobre el alma y la vida) es uno de
los libros más vivos y agudos que produjo el movimiento humanístico. Escribe,
además, De institutione feminae chrístianae (Sobre la formación de la mujer
cristiana) y Filosofía primera.
El renacimiento de la Escolástica es iniciado y proseguido por la escuela
dominica de Salamanca, con repercusión en otras universidades peninsulares, sobre todo en la de Alcalá de Henares. La Escolástica renace en torno del
Concilio de Trento, en el nivel al que la había elevado Santo Tomás, y orienta
filosófica y teológicamente todo el movimiento de la Contrarreforma, vivificado
por la obra de los místicos Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.
También se advierte la Influencia de cuatro escuelas filosóficas que
atienden a la vida moral: el eclecticismo, el estoicismo, el epicureismo y el
escepticismo.
Ciencias exactas, físicas y naturales. El mayor progreso científico se
produce en el arte de navegar, en la Oceanografía, la Astronomía, la Física, la
Matemática, la Geografía y la Cartografía.
Pedro de Medina publica en 1542 su Arte de navegar, utilizado por todos
los marinos del mundo durante dos siglos, y en 1500 aparece el Mapa de Juan de
la Cosa, primer mapamundi. El primer Atlas de América, que contiene treinta y
siete mapas, es obra de García de Céspedes.
Historia. El Padre Juan de Mariana (1535-1624) escribe la célebre Historia
de España (1601). Los historiadores de Indias son Gonzalo Fernández de Oviedo,
Bartolomé de las Casas, Bernal Díaz del Castillo y Antonio de Solís. Se inician
la crítica histórica y la filosofía de la historia-Derecho. El más señalado
representante es Elio Antonio de Nebrija (1444-1522), quien, por su Lexicón
juris civilis (Diccionario de Derecho civil) y otras obras, puede ser
considerado el padre de la jurisprudencia culta y racional y el restaurador del
Derecho civil. Economía. Se inicia el movimiento mercantilista.
Educación. La primera Universidad española, la de Salamanca, fundada en
1253, tiene su mayor esplendor entre los siglos XV y XVI. Luego se fundan
otras, como la de Alcalá de Henares (al comenzar el siglo XVI), la de Toledo
(1520), la de Santiago de Compostela (1527) y la de Oviedo (1608). Y, en el
Nuevo Mundo, las de México, Santo Domingo y Lima.
A fines del siglo XVI comienza la actuación pedagógica de la Compañía de Jesús,
cuyo libro inspirador, la Ratio studiorum (Método de estudios), es compuesto
en 1588.
Se publican, además, libros de caligrafía y de índole pedagógica.
Arquitectura. Se introduce en España a fines del siglo XV. Predominan los
siguientes estilos: plateresco (por su semejanza con la labor de los orfebres)
y herreriano (por su creador, Juan de Herrera). Ejemplo del primero es la
Universidad de Alcalá de Henares, y del segundo, el Monasterio de San Lorenzo
de El Escorial.
Escultura. Descuellan artistas gloriosos: Bartolomé Ordóñez, Diego de
Siloé, Alonso Berruguete. El sentido religioso da origen a la gran escuela de
imaginería policroma de la Época Áurea.
Pintura. Refleja las influencias flamencas e italianas (Van Eyck,
Giotto). Se caracteriza por su realismo y religiosidad: Luis Dalmau, Juan de
Borgoña, Pedro Berruguete. El pintor más destacado, por la magnificencia de su
obra, es Domenico Theotocópuli, el Greco (1541-1614), autor de "El
Martirio de San Mauricio y la legión tebana" (El Escorial); "La
Trinidad"; "El Bautismo de Cristo"; "La Crucifixión";
"El entierro del conde de Orgaz".
Felipe II siente gran admiración por Hieronimus Bosch, "el
Bosco".
Música. Tanto Carlos I como Felipe II protegen la música religiosa. El
compositor más importante es Tomás Luis de Victoria, fiel a la tradición
objetiva y eclesiástica de la polifonía.
Religión. Frente a la rebelión protestante, la teología española da
origen a la auténtica reforma católica que culminará con el Concilio de Trento.
La España de los Austria es gran defensora de la fe y profesa la
obediencia al magisterio romano.
Literatura. Entre los autores más destacados nombraremos a Juan Boscán,
quien deja la lengua lemosina por el castellano y adopta, por influencia de Andrea
Navagero, los metros italianos: el soneto, la octava rima, la epístola en
tercetos, etc., e instala plenamente el Renacimiento en las letras españolas. Garcilaso
de la Vega, humanista también, renueva el mundo bucólico de los autores
latinos; exalta el amor platónico, fórmula nueva —aunque de inspiración
clásica— del ya olvidado "amor cortés". Fray Luis de León, representante
de la escuela salmantina; profesor, humanista, dedica la mayor parte de su
tiempo a obras de traducciones bíblicas y a la poesía, en la que desprecia la
artificiosidad de la vida social y admira la obra del Creador en la naturaleza,
cantando la aproximación que el hombre siente hacia Dios con la poesía. Santa
Teresa de Jesús; quien —según Ballesteros Gaibrois— se halla encendida de amor
místico, pero llena de una incansable actividad fundadora y reformadora dentro
de su propia orden —la del Carmelo— y de un poder creador literario asombroso. Las
Moradas, Camino de perfección, el Libro de las Fundaciones y otras obras
reflejan su gran aventura espiritual en busca del Supremo Hacedor y el
lenguaje llano de su tiempo. San Juan de la Cruz escribe las composiciones
poéticas más elevadas en el ámbito religioso: "Cántico espiritual",
"Llama de amor viva", "Noche oscura del alma",
"Subida al Monte Carmelo".
La novela picaresca tiene su máxima expresión en El Lazarillo de Tormes.
Fuente: AAVV: España en sus letras; Ed. Estrada; Bs.AS.; 1985