LA LITERATURA
MEDIEVAL ESPAÑOLA
Períodos
Puesto que el siglo XV constituye la transición
al Renacimiento, limitamos el estudio de la Edad Media al intervalo
comprendido entre principios del siglo x y finales del siglo XIV.
Cronológicamente, los principales hechos
literarios de la época medieval fueron estos:
Siglo X: Aparición
de las jarchas, que testimonian la existencia de una lírica popular transmitida oralmente.
Siglo XII.
Aparición del mester de juglaría, movimiento al que se deben los primeros poemas épicos escritos que se han conservado. Probablemente
existiera desde siglos anteriores una tradición épica oral que hoy
desconocemos. También de este siglo es el único fragmento de teatro anterior
al siglo XV que conservamos: el Auto
de los Reyes Magos.
Siglo XIII : Aparición del mester de clerecía y de la prosa
científica y doctrinal (destinada
a la educación).
Siglo XIV: Desarrollo
del mester de clerecía y aparición de la prosa de ficción.
El mester de
juglaría
Dentro de la literatura medieval en verso suelen
diferenciarse dos corrientes distintas: el mester de juglaría y el mester de
clerecía. La distinción entre ambas corrientes parte de los versos iniciales
del Libro de Alexandre, obra del mester de clerecía:
Mester traygo fermoso,
non es de joglaría; mester es sen pecado, ca es de clerecía. Fablar curso
rimado por la cuaderna vía a sillabas cuntadas, ca es grant maestría.
La palabra mester
deriva del latín ministerium y significa «oficio» o «profesión». Así pues, el mester de juglaría es el oficio o forma específica de componer de
los juglares.
Los rasgos característicos de las obras que
componen el mester de juglaría son éstos:
Las
obras tienen carácter anónimo porque
su elaboración es colectiva. Cualquier juglar puede añadir, quitar o cambiar
episodios.
En
ellas se utiliza una métrica irregular con
tendencia a los versos que oscilan entre trece y dieciséis sílabas. Estos
versos se agrupan en series monorrimas asonantadas.
Tratan
asuntos heroicos basados en hechos
históricos.
Se
destinan a la recitación pública, no a
la lectura individual.
Su
lenguaje ofrece fórmulas típicas de la expresión oral, como pueden ser las llamadas al público para
hacerle participar en la narración.
La manifestación más importante del mester de
juglaría son los cantares de gesta.
El mester de
clerecía
Denominamos mester de clerecía al oficio o forma de escribir de los clérigos.
Las principales características de las obras que componen el mester de clerecía
son:
En ellas se utiliza principalmente la cuaderna
vía, estrofa de cuatro versos monorrimos de catorce
sílabas (versos alejandrinos). Aunque en una obra de clerecía se empleen otras
estrofas, el rasgo que define a esa obra como perteneciente al mester de
clerecía es el uso de la cuaderna vía.
No tratan asuntos heroicos, sino temas
religiosos, ascéticos, didácticos, amorosos y legendarios. Sólo el Poema
de Fernán González trata un asunto épico:
la independencia de Castilla.
Su finalidad suele ser didáctica: dar a conocer al pueblo asuntos que le sirvan de
ejemplo.
El autor toma siempre como base para su escrito
una obra antigua -preferentemente la
Biblia u obras de autores latinos-, la cual cita con frecuencia como argumento
de autoridad.
Los autores utilizan un lenguaje claro y asequible para el público al que se dirigen, pero a la vez
tienen cierta conciencia artística e introducen nuevas palabras y cultismos.
El mester de juglaría y el mester de clerecía no
deben ser considerados como movimientos contrapuestos. Los clérigos toman de
los juglares multitud de fórmulas para atraer al público y, además, ambos
movimientos conviven durante bastante tiempo.
Principales
aportaciones del mester de clerecía
En el siglo XIII destacan la obra de Gonzalo de Berceo, el primer poeta castellano de nombre conocido, y
dos poemas extensos anónimos: el Libro
de Apolonio y el Libro de Alexandre.
'Gonzalo de Berceo se preocupa por dotar a la religión de humanidad
y de prestigio poético y legendario. Entre sus obras destacan los Milagros de Nuestra Señora y sus tres vidas de santos: la Vida de Santo Domingo de Silos, la Vida de San
Millán de la Cogolla y la Vida de Santa Oria.
El Libro de Apolonio es una novela en verso llena de aventuras. La
juglaresa Tarsiana, hija del rey de Tiro, es un delicioso personaje que
Cervantes tomó como modelo para su novela ejemplar La gitanilla.
El Libro de Alexandre trata de la vida y muerte de Alejandro Magno. Es
la obra más extensa del mester de clerecía.
El mester de clerecía culminará en el siglo xiv
con la obra del Arcipreste de Hita y con el Rimado
de Palacio del canciller López de Ayala. En esta última obra destaca la sátira contra la
Iglesia y la nobleza.
El castellano
medieval hasta Alfonso X
El romance castellano medieval era una lengua en
período de formación y muy propensa a los cambios. Por eso mostraba numerosas
vacilaciones tanto fonéticas como gráficas, gramaticales o léxicas.
En el nivel
fonético se dudaba entre las
soluciones que habrían de triunfar. Así, por ejemplo, se vacilaba en el timbre
de las vocales, y en un mismo texto podemos encontrar dos soluciones distintas:
cuorpos
/ cuerpos dizir
/ decir
También se vacilaba entre la pérdida o
conservación de la -e final:
señore
/ señor noche
/ noch
Igualmente se dudaba en la solución de los grupos
consonánticos formados por desaparición de alguna vocal:
omne / home /
hombre cobdo / coudo / codo
La escritura era
muy vacilante y no se conseguía representar con exactitud los sonidos,
especialmente hasta Alfonso X. Así, para representar el sonido [ñ] se
utilizaba multitud de grafías:
ni / nn/ gn/ng/ ngn /
nig
En el
nivel gramatical se producían diversos fenómenos:
Los
pronombres personales y otras partículas se unían entre sí, formando
conglomerados. Así, se escribía nimio por ni me
lo.
Algunos
verbos mostraban formas dobles en el pretérito perfecto simple (pretérito
indefinido) y en el participio:
cinxe
/ ceñí veído
/ visto
El
verbo ser se empleaba como auxiliar en los verbos
intransitivos o reflexivos: Una estrella
es nacida. En los demás casos se
utilizaba como auxiliar el verbo haber.
Existía
una notable escasez de conjunciones, en especial hasta Alfonso X. Por eso, en
la sintaxis medieval predominaba la yuxtaposición y la coordinación con et.
En el nivel léxico se registraban numerosos sinónimos perfectos
procedentes de distinto origen:
salir
/ exir cabeqa
/ tiesta
El castellano
medieval a partir de Alfonso X
Alfonso X el Sabio, rey de Castilla y León entre
1252 y 1284, tuvo una intervención decisiva en la fijación de los usos del
castellano. Siguiendo la política que había iniciado el rey Fernando III,
Alfonso X declaró el castellano lengua oficial de Castilla y, a la vez, se
preocupó por crear un sistema gráfico que acabara con la vacilación en la
representación de los sonidos, por formar nuevas palabras para designar conceptos abstractos y por
habilitar nuevas conjunciones y
nexos sintácticos que dieran mayor
riqueza y variedad a la oración. Toda esta labor hace que Alfonso X esté
considerado como el creador de la prosa romance castellana.
El lenguaje
épico
El lenguaje épico era grandioso y escogido, según
correspondía a los hechos narrados.
A través del Poema de mió Cid podemos obtener algunos rasgos pro píos del
lenguaje épico, tales como:
Presencia del epíteto épico, que sirve para caracterizar rápidamente a un personaje. Así, el Cid es «el que en buen hora ciñó espada» o «el que en buen hora nació» y Martín Antolínez es «el húrgales complido».
Presencia del epíteto épico, que sirve para caracterizar rápidamente a un personaje. Así, el Cid es «el que en buen hora ciñó espada» o «el que en buen hora nació» y Martín Antolínez es «el húrgales complido».
*Pr
Uso de
fórmulas fijas. Así, se emplea «una hora pensó o comidió» por "pensó mucho tiempo".
Metáforas
repetidas con un valor de
trascendencia: «lidiar por haber el
pan» por "luchar para ganar el sustento".
Dentro
de su primitivismo, el Poema incluye pinceladas de fino sentimentalismo, frente a la belleza de la naturaleza («Jxze el sol, ¡Dios, qué fermoso apuntaba!») o frente al dolor cruel de la separación («Assís
parten unos d'otros commo la uña de la carne»).
En
enumeraciones, en lugar de la palabra mucho solía aparecer tanto:
Veriedes tantas langas
premer e aícar,
tanta adágara foradar e passar,
tanta loriga falssar e desmanchar,
tantos pendones blancos salir vermejos de sangre....
(Poema de Mio Cid)
La lengua
literaria del mester de clerecía
Los poetas del mester de clerecía son cultos y
extraen sus asuntos no de la tradición oral, sino de los libros. Como los
asuntos cantados están a veces demasiado alejados de la comprensión del
auditorio, tienen que esforzarse en buscar un lenguaje sencillo, para que los
temas puedan interesar. Así, hablando del fin del mundo, Berceo exclama: «non fincará conejo ni en cabo ni en mata».
Algunas características de estilo que comparten
los autores del mester de clerecía son las siguientes:
Presencia de cultismos de origen latino, que revelan la superior formación cultural de estos autores respecto de los autores del mester de juglaría.
Empleo de vulgarismos y localismos, que responden a la intención didáctica que mueve a los clérigos.
Presencia de cultismos de origen latino, que revelan la superior formación cultural de estos autores respecto de los autores del mester de juglaría.
Empleo de vulgarismos y localismos, que responden a la intención didáctica que mueve a los clérigos.
Inclusión de abundantes diminutivos para expresar afectividad. Berceo, por ejemplo, presenta a Santa Oria como «serraniella» y a Santo Domingo como «pastorziello».
Uso de comparaciones y
metáforas, escasas en la épica.
Utilización de fórmulas
expresivas, que demuestran una
fuerte participación emotiva. Así, para decir que algo no vale nada, los autores
de clerecía recurren a fórmulas tales como «non lo precio un figo» o «non
vale una nuez foradada».
ESQUEMA LITERARIO DE LA EDAD MEDIA-ESPAÑA: poesía, prosa, teatro,géneros, temas, rasgos formales, autores y obras.
Fuente: AA.VV: Literatura española; Ed.Santillana, Bs.As.,1992.