ACADEMIA, escuela
establecida por Platón hacia el 385 a.C. en su propiedad de las afueras de
Atenas, cerca del parque público y el gimnasio así llamados. Aunque puede que
no mantuviera una tradición continuada, los muchos y diversos filósofos de la
Academia se consideraron a sí mismos sucesores de Platón y todos ellos
elogiaron y estudiaron su obra. La escuela sobrevivió de uno u otro modo hasta
el 529 d.C., en que fue disuelta, junto con las demás escuelas paganas, por el
emperador romano oriental Justiniano I.
La historia de la Academia es dividida por algunas
autoridades en los periodos de la Academia Antigua (Platón, Espeusipo,
Jenócrates y sus seguidores) y la Academia Nueva (la Academia escéptica de los
siglos III y II a.C.). Otros hablan de cinco fases en su historia: antigua
(como antes), media (Arcesilao), nueva (Carnéades), cuarta (Filón de Larisa) y
quinta (Antíoco de Ascalón).
Durante la mayor parte de su historia, la Academia se dedicó
a esclarecer las doctrinas asociadas con Platón que no estaban del todo
explícitas en los diálogos. Estas «doctrinas no escritas» fueron aparentemente transmitidas
a sus sucesores inmediatos y han llegado hasta nosotros principalmente a través
de la obra de Aristóteles: hay dos primeros principios opuestos, el Uno y la
Díada Indefinida (Grande y Pequeño); éstos generan Formas o Ideas (que pueden
identificarse con números), de las que a su vez provienen las entidades
matemáticas intermedias y, en el nivel más bajo, las cosas perceptibles (Aristóteles,
Metafísica I. 6).
Tras la muerte de Platón en el 347 la Academia pasó a su
sobrino Espeusipo (ca. 407-339), que dirigió la escuela hasta su muerte.
Aunque sus obras escritas han desaparecido, sus opiniones sobre algunos puntos
centrales, además de algunas citas, fueron recogidas por autores que sí han
perdurado.
Bajo la influencia de los últimos pitagóricos, Espeusipo se
anticipa a Plotino al mantener que el Uno trasciende al ser, a la bondad e
incluso al Intelecto y que la Díada (que identifica con la materia) es la causa
de todos los seres. Para explicar la gradación de los seres, postuló
gradaciones de la materia, dando lugar así a la acusación de Aristóteles de que
Espeusipo veía el universo como una serie de episodios disjuntos. Espeusipo abandonó la teoría de las Formas
como números ideales, e hizo más hincapié que otros platónicos en las
matemáticas.
Jenócrates (396-314), que en una ocasión viajó con Platón a
Sicilia, sucedió a Espeusipo y dirigió la Academia hasta su muerte. Aunque fue
un autor prolífico, los escritos de Jenócrates no han llegado hasta nosotros y
nos es sólo conocido a través de la obra de otros autores. Las objeciones de
Aristóteles le indujeron a rechazar las opiniones de Espeusipo sobre algunas
cuestiones y desarrolló teorías que tuvieron gran influencia en el platonismo
medio, así como en el estoicismo.
En la teoría de Jenócrates, el Uno es Intelecto y las Formas
son ideas en la mente de ese principio divino; el Uno no es trascendente, sino
que reside en un espacio intelectual sobre los cielos. Si el Uno es bien, la
Díada es mal, y el mundo sublunar se identifica con el Hades. Al considerar a
las Formas entidades matemáticas, no hay lugar para entidades matemáticas
intermedias. Las Formas se definen además como causas paradigmáticas de los
fenómenos naturales regulares, y el alma como un número que se dota a sí mismo
de movimiento.
Polemón (ca. 350-267) dirigió la Academia entre el
314 y el 267, y fue conocido principalmente por la grandeza de su carácter, que
dio ejemplo de autocontrol a sus estudiantes. Los estoicos probablemente derivaron
su concepto de oikeiosis (acomodarse a la naturaleza) de sus enseñanzas.
Tras la muerte de Polemón, su colega Crates rigió la Academia hasta que se
hiciera con la dirección de Arcesilao.
La Academia Nueva surge cuando Arcesilao se convierte en el
jefe de la escuela, hacia el 265 a.C., y pasó de la tradición dialéctica de
Platón al propósito escéptico de la suspensión del juicio. El debate entre la
Academia Nueva y el estoicismo dominó la discusión filosófica durante el
siguiente siglo y medio. En el bando de la Academia el orador más destacado fue
Carnéades (ca. 213-129 a.C.).
En los primeros años del siglo I a.C., Filón de Larisa
intentó reconciliar las Academias Antigua y Nueva. La tentativa irritó a su
discípulo, el antes escéptico Antíoco de Ascalón, que rompió con él para
refundar la Academia Antigua hacia el 87 a.C. Este fue el comienzo del
platonismo medio (ca. 80 a.C.-220 d.C.). La escuela de Antíoco se caracterizó
por su eclecticismo al combinar elementos de platonismo, estoicismo y filosofía
aristotélica y nos es conocida principalmente a través del Academica de
Cicerón. El platonismo medio revitalizó los temas principales de Espeusipo y
Jenócrates, si bien recurrió a menudo a conceptos estoicos o neopitagóricos para explicarlos.
La influencia del estoico Posidonio (135-50/51 a.C.) se dejó
sentir con fuerza en la Academia durante este periodo y el platonismo floreció
en otros lugares además de en la Academia ateniense, sobre todo en Alejandría,
con Eudoro (siglo I a.C.) y Filón de Alejandría (florece en el 39 d.C.). Tras
la muerte de Filón, el centro de interés volvió a Atenas, donde Plutarco de
Queronia (ca. 45- 126 d.C.) estudió con Amonio en la Academia, aunque
Plutarco pasó la mayor parte de su carrera en su casa, cerca de Beocia. Sus
diversos tratados filosóficos, que constituyen ricas fuentes para la historia
de la filosofía, están reunidos bajo el título de Moralia; su interés
por la ética y la educación moral le llevó a escribir Vidas paralelas (biografías
por parejas de romanos y atenienses célebres), obra por la que es más conocido.
Después de este periodo, la Academia dejó de dar nombre a
una variedad de la filosofía platónica, aunque la escuela siguió siendo un
centro de platonismo, destacando especialmente bajo la dirección del
neoplatónico Proclo (ca. 410-485).
fUENTE: DICCIONARIO AKAL DE FILOSOFÍA
Ediciones Akal, S. A., 2004
Madrid - España