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16 de julio de 2015

¿Qué es el discurso? La polisemia del término “discurso”



 

¿Qué es el discurso? La polisemia del término “discurso”

Distintas tradiciones teóricas en los estudios del discurso


 

Para comenzar a trabajar sobre los temas anunciados nos preguntamos en principio: ¿qué significa el término teórico discurso? Lo primero que podemos decir es que el concepto discurso es polisémico, es decir, tiene múltiples significados, y cada significado se corresponde con una determinada visión sobre el lenguaje. Tradicionalmente, se opuso el concepto “texto” al de “discurso”; en tanto que la noción de texto da cuenta de la materialidad del intercambio y del producto en sí, el discurso, en cambio, se relaciona con las condiciones de producción, interpretación, con los elementos de la situación enunciativa, en otras palabras, con el proceso textual.

 

Revisemos distintas definiciones del concepto discurso

 

o Discurso 1: equivalente a la “parole” de Saussure, sinónimo del término habla, vale decir toda utilización individual del lenguaje.

 

o Discurso 2: unidad lingüística superior a la frase, objeto de estudio de la “gramática del texto”.

o Discurso 3: en el marco de las teorías de la enunciación o de la pragmática, se entiende como un enunciado en su dimensión interactiva.

 

o Discurso 4: una serie o sucesión de frases que componen el enunciado encadenadas por un conjunto de reglas.

 

o Discurso 5: en la oposición lengua/discurso, es el uso de la lengua en un contexto particular.

 

o Discurso 6: discurso como práctica social, esto quiere decir que existe una relación dialéctica entre  el  discurso  y  el  contexto.  El  discurso,  como  cualquier  otra  práctica  social, es complejo y heterogéneo, lo que no implica que sea caótico sino que, por el contrario, podemos diferenciar distintos niveles de organización a través de los cuales se puede manifestar.

 

Como podemos observar, existen tantas definiciones como posiciones sobre el lenguaje, sin embargo, las diferentes posturas paradigmáticas comparten una cuestión esencial en los Estudios del Discurso: la compleja relación entre lo lingüístico y lo que tradicionalmente se llamó lo “extralingüístico”, la relación entre el “texto” y el “contexto”. Esto quiere decir que es imposible realizar un AD (Análisis de Discurso) sin tener en cuenta las condiciones de producción, reproducción y circulación que hacen posible hablar de algo en un determinado momento de la discursividad social. 

 

Consideramos relevante tener en cuenta, cada vez que analizamos un discurso, la imbricada relación entre la materialidad del texto y las múltiples condiciones de uso de esas formas lingüísticas.

 

Distintas tradiciones teóricas en los estudios del discurso

 

Siguiendo nuestro planteo inicial, podemos distinguir distintas tradiciones en  los  Estudios  del Discurso que nos permiten, de alguna manera, encontrar ese lazo analítico entre la materialidad discursiva y las condiciones materiales de producción del discurso. A continuación detallamos algunas de las corrientes más importantes de los Estudios de Discurso, a saber:

 

Una visión formalista, derivada del estructuralismo lingüístico, que intenta ampliar la unidad de análisis de la oración a unidades mayores como el texto. Básicamente, se trata de una visión inmanente, intradiscursiva, donde el interés de la teoría radica en tratar de describir, explicitar, los elementos “estructurales del texto”. Estas posturas intentan construir algo así como una gramática del texto que se deriva directamente de la gramática oracional. También aquí se pueden incluir las reflexiones acerca de la organización discursiva, tales como la narración o la argumentación, que sólo tienen en cuenta aspectos internos del texto. Precisamente, una de las críticas más acentuadas, desde esta perspectiva, es considerar los textos como lingüísticamente homogéneos, es decir, que significan de la misma manera cualquiera sea su ámbito de utilización.                    

 

 

Una visión enunciativa,  donde  el  discurso  es  parte  de  una  situación  de  comunicación. La enunciación aparece como un conjunto de consideraciones teórico-metodológicas que nos permite indagar el papel del sujeto en el lenguaje, vale decir, el carácter subjetivo de toda interacción verbal, el conjunto de circunstancias únicas e irrepetibles en las que se produce un enunciado (situación, participantes, interacción, roles, marcos interpretativos, etc.). El objeto de estudio de esta perspectiva consiste en tratar de develar las diferentes huellas o marcas lingüísticas que deja el sujeto enunciador en el enunciado. Todo discurso está "marcado" por un sujeto enunciador y, precisamente, la tarea del analista consistirá en develar cuáles son esas marcas que hacen que un discurso sea más o menos subjetivo. (Voloshinov, Bajtin, Benveniste, Ducrot, KerbratOrecchionni, Mainguenau)

 

Una visión materialista y dialéctica, que entiende el discurso como una interacción generalizada donde los enunciados deben pensarse como eslabones de cadenas dialógicas y son reflejos de interacciones discursivas. En este sentido, el discurso social es todo lo que se dice y escribe en un estado de sociedad, está conformado por los sistemas genéricos, entendiendo la noción de género en un sentido bajtiniano. De esta manera, el discurso social es un sistema regulador global cuya naturaleza no se ofrece inmediatamente a la observación, tiene reglas de producción y circulación específicas en cada época. La aceptabilidad, legibilidad, regularidad están determinadas por un particular estado de sociedad que marca temas, sociolectos, géneros. Finalmente, se entiende la perspectiva materialista como una práctica social vinculada a sus condiciones sociales de producción y a su marco de producción institucional, ideológica cultural e histórico-coyuntural (Angenot, 2010).

 

Una visión multimodal que desestima la visión de la lingüística tradicional que sostenía que el sentido se realiza de una vez y en un solo “modo” y propone revisar las múltiples manifestaciones modales en todos los niveles de representación.

 

CUESTIONES IMPORTANTES PARA REALIZAR UN ANÁLISIS DEL DISCURSO

 

Una de las cuestiones más importantes para trabajar el AD radica en sospechar, de forma permanente, del contenido de las piezas discursivas que sometemos al análisis, precisamente porque partimos de entender el lenguaje desde su opacidad, desde la consideración de que, en todo intercambio lingüístico, es mucho más lo que no se dice que lo que se dice explícitamente: el dato engañoso del contenido, de lo argumental, de “lo dicho”, muchas veces atenta contra lo que buscamos en el AD. En este sentido, partimos de enfoques cuyas nociones sobre el discurso traen algunas consecuencias evidentes como:

 

• La opacidad del lenguaje, lo que implica que el contenido en ciertas circunstancias suele comportarse como un dato engañoso, poco fiable, en la mayoría de los casos ocultador de un análisis del tema en cuestión.

• La necesidad de ir más allá de lo textual: la sola descripción de las características textuales de una pieza discursiva, desde el dato lingüístico, no resulta del todo importante para indagar acerca del sentido del discurso. El analista del discurso debe tener en cuenta en forma permanente que el contenido del texto no alcanza para dar cuenta de lo no dicho en la mayoría de los discursos que sometemos al análisis y hasta en ocasiones puede resultar confuso.

• La diferenciación de oración/enunciado, sistema abstracto/discurso. Es obvio que el discurso siempre se dirige hacia algo más que las reglas del uso de la lengua, esto es, “enlaza las circunstancias en las que se habla o escribe con lo que se dice”(Charaudeau, P., 1997: 49)

• La forma y el contenido no son disociables: las formas de hablar se unen a ideas en el discurso social, la realización parcial del mensaje está dada en la forma del enunciado, porque nuestras elecciones y posibilidades paradigmáticas siempre se dan en el marco de una perspectiva ideológica.

• El común denominador de los Estudios del Discurso es el que considera al significado como un producto de las prácticas sociales. El significado, en otras palabras, no debe entenderse como una propiedad inherente de los enunciados o textos sino que es el resultado del uso que se hace del lenguaje en contextos específicos.

• Todo lenguaje es ideológico: todo lleva la marca de maneras de conocer y de representar el mundo que no son universales sino que implican apuestas sociales y ocupan una posición en la economía de los discursos sociales.

 

 

 

FUENTE: 

Instituto Nacional de Formación Docente (2015). El estudio del discurso. Discurso y Sociedad. Especialización Docente de Nivel Superior en Enseñanza de Escritura y Literatura en la Escuela Secundaria. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación

 

 

 


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