¿Qué es el discurso? La polisemia del término
“discurso”
Distintas tradiciones teóricas en los estudios del
discurso
Para comenzar a trabajar sobre los temas anunciados
nos preguntamos en principio: ¿qué significa el término teórico discurso? Lo
primero que podemos decir es que el concepto discurso es polisémico, es decir,
tiene múltiples significados, y cada significado se corresponde con una
determinada visión sobre el lenguaje. Tradicionalmente, se opuso el concepto
“texto” al de “discurso”; en tanto que la noción de texto da cuenta de la
materialidad del intercambio y del producto en sí, el discurso, en cambio, se relaciona
con las condiciones de producción, interpretación, con los elementos de la
situación enunciativa, en otras palabras, con el proceso textual.
Revisemos distintas definiciones del concepto
discurso
o Discurso 1: equivalente a la “parole” de Saussure,
sinónimo del término habla, vale decir toda utilización individual del
lenguaje.
o Discurso 2: unidad lingüística superior a la
frase, objeto de estudio de la “gramática del texto”.
o Discurso 3: en el marco de las teorías de la
enunciación o de la pragmática, se entiende como un enunciado en su dimensión
interactiva.
o Discurso 4: una serie o sucesión de frases que
componen el enunciado encadenadas por un conjunto de reglas.
o Discurso 5: en la oposición lengua/discurso, es
el uso de la lengua en un contexto particular.
o Discurso 6: discurso como práctica social, esto
quiere decir que existe una relación dialéctica entre el discurso
y el contexto. El discurso, como
cualquier otra práctica social, es complejo y
heterogéneo, lo que no implica que sea caótico sino que, por el contrario,
podemos diferenciar distintos niveles de organización a través de los cuales se
puede manifestar.
Como podemos observar, existen tantas definiciones
como posiciones sobre el lenguaje, sin embargo, las diferentes posturas
paradigmáticas comparten una cuestión esencial en los Estudios del Discurso: la
compleja relación entre lo lingüístico y lo que tradicionalmente se llamó lo
“extralingüístico”, la relación entre el “texto” y el “contexto”. Esto quiere decir
que es imposible realizar un AD (Análisis de Discurso) sin tener en cuenta las
condiciones de producción, reproducción y circulación que hacen posible hablar
de algo en un determinado momento de la discursividad social.
Consideramos relevante tener en cuenta, cada vez
que analizamos un discurso, la imbricada relación entre la materialidad del
texto y las múltiples condiciones de uso de esas formas lingüísticas.
Distintas tradiciones teóricas en los estudios del discurso
Siguiendo nuestro planteo inicial, podemos
distinguir distintas tradiciones en los Estudios del Discurso
que nos permiten, de alguna manera, encontrar ese lazo analítico entre la
materialidad discursiva y las condiciones materiales de producción del
discurso. A continuación detallamos algunas de
las corrientes más importantes de los Estudios de Discurso, a saber:
• Una
visión formalista, derivada del estructuralismo
lingüístico, que intenta ampliar la unidad de análisis de la oración a unidades
mayores como el texto. Básicamente, se trata de una visión inmanente,
intradiscursiva, donde el interés de la teoría radica en tratar de describir,
explicitar, los elementos “estructurales del texto”. Estas posturas intentan
construir algo así como una gramática del texto que se deriva directamente de
la gramática oracional. También aquí se pueden incluir las reflexiones acerca
de la organización discursiva, tales como la narración o la argumentación, que
sólo tienen en cuenta aspectos internos del texto. Precisamente, una de las
críticas más acentuadas, desde esta perspectiva, es considerar los textos como
lingüísticamente homogéneos, es decir, que significan de la misma manera
cualquiera sea su ámbito de utilización.
•
Una visión enunciativa, donde
el discurso es parte de una situación
de comunicación. La enunciación aparece como un conjunto de
consideraciones teórico-metodológicas que nos permite indagar el papel del
sujeto en el lenguaje, vale decir, el carácter subjetivo de toda interacción
verbal, el conjunto de circunstancias únicas e irrepetibles en las que se
produce un enunciado (situación, participantes, interacción, roles, marcos
interpretativos, etc.). El objeto de estudio de esta perspectiva consiste en
tratar de develar las diferentes huellas o marcas lingüísticas que deja el
sujeto enunciador en el enunciado. Todo discurso está "marcado" por
un sujeto enunciador y, precisamente, la tarea del analista consistirá en
develar cuáles son esas marcas que hacen que un discurso sea más o menos
subjetivo. (Voloshinov, Bajtin, Benveniste, Ducrot, KerbratOrecchionni,
Mainguenau)
• Una
visión materialista y dialéctica, que
entiende el discurso como una interacción generalizada donde los enunciados
deben pensarse como eslabones de cadenas dialógicas y son reflejos de
interacciones discursivas. En este sentido, el discurso social es todo lo que
se dice y escribe en un estado de sociedad, está conformado por los sistemas
genéricos, entendiendo la noción de género en un sentido bajtiniano. De esta
manera, el discurso social es un sistema regulador global cuya naturaleza no se
ofrece inmediatamente a la observación, tiene reglas de producción y
circulación específicas en cada época. La aceptabilidad, legibilidad,
regularidad están determinadas por un particular estado de sociedad que marca
temas, sociolectos, géneros. Finalmente, se entiende la perspectiva
materialista como una práctica social vinculada a sus condiciones sociales de
producción y a su marco de producción institucional, ideológica cultural e
histórico-coyuntural (Angenot, 2010).
Una visión multimodal que
desestima la visión de la lingüística tradicional que sostenía que el sentido
se realiza de una vez y en un solo “modo” y propone revisar las múltiples
manifestaciones modales en todos los niveles de representación.
CUESTIONES IMPORTANTES PARA REALIZAR UN ANÁLISIS
DEL DISCURSO
Una de las cuestiones más importantes para trabajar
el AD radica en sospechar, de forma permanente, del contenido de las piezas
discursivas que sometemos al análisis, precisamente porque partimos de entender
el lenguaje desde su opacidad, desde la consideración de que, en todo
intercambio lingüístico, es mucho más lo que no se dice que lo que se dice
explícitamente: el dato engañoso del contenido, de lo argumental, de “lo
dicho”, muchas veces atenta contra lo que buscamos en el AD. En este sentido,
partimos de enfoques cuyas nociones sobre el discurso traen algunas
consecuencias evidentes como:
• La opacidad del lenguaje, lo que implica que el
contenido en ciertas circunstancias suele comportarse como un dato engañoso,
poco fiable, en la mayoría de los casos ocultador de un análisis del tema en
cuestión.
• La necesidad de ir más allá de lo textual: la
sola descripción de las características textuales de una pieza discursiva,
desde el dato lingüístico, no resulta del todo importante para indagar acerca
del sentido del discurso. El analista del discurso debe tener en cuenta en
forma permanente que el contenido del texto no alcanza para dar cuenta de lo no
dicho en la mayoría de los discursos que sometemos al análisis y hasta en ocasiones
puede resultar confuso.
• La diferenciación de oración/enunciado, sistema
abstracto/discurso. Es obvio que el discurso siempre se dirige hacia algo más
que las reglas del uso de la lengua, esto es, “enlaza las circunstancias en las
que se habla o escribe con lo que se dice”(Charaudeau, P., 1997: 49)
• La forma y el contenido no son disociables: las
formas de hablar se unen a ideas en el discurso social, la realización parcial
del mensaje está dada en la forma del enunciado, porque nuestras elecciones y
posibilidades paradigmáticas siempre se dan en el marco de una perspectiva
ideológica.
• El común denominador de los Estudios del Discurso
es el que considera al significado como un producto de las prácticas sociales.
El significado, en otras palabras, no debe entenderse como una propiedad
inherente de los enunciados o textos sino que es el resultado del uso que se
hace del lenguaje en contextos específicos.
• Todo lenguaje es ideológico: todo lleva la marca
de maneras de conocer y de representar el mundo que no son universales sino que
implican apuestas sociales y ocupan una posición en la economía de los
discursos sociales.
FUENTE:
Instituto Nacional de Formación Docente (2015). El
estudio del discurso. Discurso y Sociedad. Especialización Docente de Nivel
Superior en Enseñanza de Escritura y Literatura en la Escuela Secundaria.
Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación